La guerra de china en contra de las criptomonedas podría ser la solución para los países emergentes con problemas económicos.

China sigue demostrando su desinterés hacia la promoción de las criptomonedas, pero tampoco es de sorprenderse. Sin embargo, esta semana una nueva declaración por parte del país donde pretende obligar ya por las vías legales el abandono de sus habitantes al consumo y acaparamiento de criptomonedas, esto no es una solución para que los chinos dejen de comprar criptomonedas; ellos podrán entrar a otras plataformas.

Los chinos cuentan con su propia criptomoneda, que pudiera ser con los años, una divisa que compita directamente a la capacidad económica que tienen actualmente Bitcoin y Etherium.

El que China declare esto no es un motivo para que los inversionistas nos preocupemos; las criptomonedas tienen un termómetro es el market cap, este nos va a indicar los movimientos diarios en cuanto a billones de dólares por criptomoneda; hay operaciones cada segundo en todo el mundo de compra y venta de criptomonedas, algunos como especulación, algunos como un tema de vida y otros más como una reserva de valor en lugar de tener dólares o inmuebles.

Entiéndase que la supuesta guerra que quiere hacer China a las criptomonedas es la crónica de una muerte anunciada;aunque sin muerte de por medio puesto que las cryptos en China seguirán siendo operadas, mediante plataformas que no maniobran propiamente en China y los ciudadanos de este país tendrán acceso a ellas, a lo que hay que prestar atención es a las criptomonedas que se vean fortalecidas de esto.

Si los mineros chinos toman buenas decisiones y se van a países “Crypto Friendly” esta situación puede convertirse en una potencialización para todas las empresas mineras en países emergentes, pero si además de los mineros llegaran a retirarse de China las empresas que se dedican a fabricar las minas para criptomonedas puede potenciar aún más las inversiones ya sea en minas o en el propio tradeo que se haga alrededor del mundo.

Esto es una buena noticia; pero no hay que dejar de lado la cautela y tener paciencia, movimientos tan bruscos, aunque esperados generarán un reacomodo en los próximos meses, hay que estar atentos y observar a qué países exactamente se van a voltear a tener residencia los mineros y la reacción que tendrán los propios chinos ante las restricciones.