- La heroína nacional a quien también se le conoció como “La Corregidora” y que su imágen estuvo por años en los billetes de circulación nacional
Por Yoisi Moguel Rosel
México, 14 de septiembre.- María Josefa Crescencia Ortiz Téllez-Girón de Domínguez, conocida como Josefa Ortiz de Domínguez, nació en Valladolid, 8 de septiembre de 1768 fue una de las insurgentes, durante la independencia de México en 1810.
Su espíritu libertador la llevó a participar con determinación en la conspiración de Querétaro, fue pieza clave en la lucha que encabezó el cura Miguel Hidalgo y Costilla.
Fue esposa del corregidor de Querétaro Miguel Domínguez, por ello es conocida como la corregidora.
Cuando los planes de Independencia se descubrieron, Josefa se traslada a San Miguel de Allende y luego a Dolores para comunicar a Hidalgo y a Allende la caída de la conspiración.
Josefa Ortiz de Domínguez es una heroína nacional mexicana, Benemérita de la Patria y fundadora de México, su nombre se encuentra escrito con letras de oro en el Muro de Honor del Palacio Legislativo de San Lázaro y también en el Monumento a la Independencia, su imagen ha aparecido en billetes y monedas a lo largo del tiempo.
Por su valor, espíritu de lucha y aporte a la construcción de un México libre, Josefa Ortiz de Domínguez es considerada una Mujer Chingona, ejemplo para otras.
Desafíos de Josefa Ortíz de Dominguez
Josefa Ortiz de Domínguez sufrió años de encierro en conventos de Querétaro y de la Ciudad de México. También su esposo estuvo cautivo en el convento de la Santa Cruz, ella en el de Santa Clara. El Corregidor fue liberado gracias a la presión del pueblo al que tanto había beneficiado.
Josefa, estaba embarazada y fue liberada para dar a luz. Continuó siendo informante de los independentistas y de nuevo fue apresada en 1813 y llevada a la Ciudad de México, fue recluida en el convento de Santa Teresa la Antigua. Su esposo dimitió a su cargo para defenderla, pues fue acusada de sedición, conducta escandalosa, seductiva y perniciosa; los espías de Calleja la acusaron de seguir apoyando moral y económicamente a la causa insurgente, ahora a las tropas de José María Morelos. Su esposo no logra su liberación y, en 1816 fue condenada a pasar cuatro años de cautiverio en el convento de Santa Catalina de Sena.
El nuevo virrey Juan Ruiz de Apodaca propuso el indulto como forma de pacificación. En junio de 1817 se liberó a La Corregidora, pese a no haber aceptado el indulto, y fue vivir en prisión domiciliaria en su casa de la calle del Indio Triste en la Ciudad de México. Estaba por cumplir 49 años.
Durante el periodo de 1813 a 1820 los Domínguez fueron separados por el encierro de Josefa, por la distancia del trabajo de Miguel y por la vigilancia virreinal, pero se mantuvieron expectantes por la independencia.
Para 1821 se proclama la Independencia, Josefa organizaba reuniones a las que acudían las mentes liberales de la época agrupadas en las logias masónicas, esta vez los conspiradores eran los republicanos, quienes tenían un nuevo motivo: combatir la nueva tiranía impuesta por Iturbide al declararse 1822, emperador de México, del cual abdica en marzo de 1823.
En 1824 un Congreso General Constituyente redactó la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos, que reemplazó oficialmente a la monarquía por una república representativa y federal. La vida de Josefa Ortiz de Domínguez fue una lucha constante al enfrentar encierros, el poder imperial y el presidencial. Murió antes que su esposo, el 2 de marzo de 1829 en la Ciudad de México, fue sepultada en el Convento de Santa Catarina y después exhumada para ser trasladada a la ciudad de Querétaro, junto a su esposo, Miguel Domínguez. Su legado es actual: la lucha por la justicia, la soberanía y la igualdad.
(Con información de Cecan)