En un comunicado, Blinken manifestó que “espera trabajar” con el mandatario salvadoreño, pero que “Estados Unidos seguirá dando prioridad a la buena gobernanza, la prosperidad económica inclusiva, las garantías de un juicio justo y los derechos humanos”.
Bukele, que proclamó el domingo su reelección, impuso un régimen de excepción en marzo de 2022 que suma casi 76.000 detenidos.
Sobre esta medida, organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch han denunciado arrestos arbitrarios, torturas y muertes en prisión.
Blinken también elogió la labor de los observadores electorales y calificó de “sólida” la relación “con el pueblo de El Salvador, forjada a lo largo de 160 años y construida sobre valores compartidos, lazos regionales y conexiones familiares”.
“Sólo trabajando juntos podremos alcanzar todo nuestro potencial y superar los mayores obstáculos” en América Latina y a escala mundial, agregó. “Los acontecimientos en El Salvador tienen un impacto directo en los intereses de Estados Unidos”.