Pleitos entre morenistas afectan la imagen del partido * Paco Ignacio Taibo II le pide cuentas a Adán Augusto López Hernández: ¡Explícate o renuncia! * Saúl Monreal se serena, pero quiere la gubernatura de Zacatecas * Eduardo Cervantes deja su cargo por críticas a su partido * Gabriela Jiménez sigue firme en su cargo, pese al “fuego amigo”

 

por: MARCO ANTONIO FLORES

Movimiento Regeneración Nacional (Morena) se convirtió en un partido hegemónico, único y con un poder que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ni en sus mejores tiempos habría tenido.

Era también hegemónico, pero desde los 70s comenzó a moderar y a abrir a la oposición en el Poder Legislativo.

En el Poder Judicial, aun cuando daba línea, respetaba las formas. Ahora Morena tiene un poder absoluto y el Poder Ejecutivo domina a los otros dos Poderes, pero sin respetar las formas.

Ahora desaparecieron contrapesos, con la supresión de organismos autónomos, al tiempo que Poder Legislativo se convirtió en oficialía de partes y dejó de “negociar” las incitativas presidenciales, mientras el Poder Judicial se encuentra acotado y controlado como nunca.

El Poder Ejecutivo (AMLO), transexenalmente, impuso a sus incondicionales, desde los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), los magistrados de tribunales y todos los jueces de distrito.

“Aguas, Presidenta Sheinbaum”, el Poder Judicial -el único que ha llevado a la cárcel a expresidentes de Brasil, Perú y Ecuador- está controlado por su antecesor.

Ante la ausencia de partidos de oposición y de nuevos líderes que impacten al electorado, muchos analistas anticipan que Morena retendrá el poder por al menos tres sexenios. Sin embargo, sería útil para los que están en el poder recordar cómo fue que el PRI, que duró en poder 70 años, comenzó a derrumbarse. No vaya a ser que el nuevo “partidazo” se caiga antes de tiempo. La división interna fue el primer paso.

En 1987, cuando se venía la sucesión presidencial de Miguel de la Madrid, los “priístas” Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo se separaron del PRI y fundaron la Corriente Democrática -antecedente del PRD y de Morena-, cuyo candidato, en 1988, fue el propio Cuauhtémoc Cárdenas, quien en las elecciones presidenciales logró poner en jaque al PRI, poniendo en duda el triunfo de Carlos Salinas de Gortari.

Este antecedente debiera ser aprendido por Morena, pero las inercias políticas parecen rebasar al oficialismo.

 

FACTORES DE DESPRESTIGIO

Hay varios factores determinantes que podrían acelerar la división, desprestigio e incluso la caída del partido en el poder:

a). No aceptan la autocrítica. Uniformar criterios fue lo que fomentó el viejo autoritarismo que dejó de existir. De esto hay signos alarmantes con los gobernadores de Tamaulipas (Héctor de Mauleón); la de Campeche (periodista censurado); el de Puebla (ley censura) y, lamentablemente, la agresión y exhibición de periodistas desde Palacio Nacional, como Carlos Loret de Mola y Ciro Gómez Leyva.

b).  Las críticas internas al partido en el poder pueden anticipar una división.

Recientemente, la propia Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo se declaró contra los excesos de sus correligionarios. Esto luego de los escándalos del hijo del expresidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, Andrés Manuel López Beltrán, por su viaje a Japón; a Ricardo Monreal Ávila, por cenar enun restaurante de lujo de Madrid; a Mario Delgado, por suestancia en Lisboa, Portugal, en hotel de alta gama; al diputado federal Enrique Vázquez, grabado en club nocturno en Ibiza.

Por otro lado, hay claros signos de desobediencia a las directrices presidenciales, como evitar el nepotismo.

Al respecto está el ejemplo de la familia Monreal en Zacatecas, que se muestran como la “familia” caciquil invencible. Así se vio la reunión pública de los Monreal: Ricardo, el actual líder de los diputados; David, el actual gobernador de esa entidad, y su “sucesor”, el hermanito menor, Saúl, quien dijo que “hay divisiones dentro de Morena en Zacatecas y manipulaciones a su propio hermano, el gobernador David Monreal”.

Y lanzó su advertencia el senador morenista Saúl Monreal: “Existe un grupo político al que sería un error permitirle que se adueñe del estado”.

Saúl acusa una campaña en su contra y que Morena se consolide en la entidad en 2027.

“Persisten intereses oscuros que buscan ponerme en el centro de un tema ya muy platicado por el Consejo Nacional de Morena: que familiares de quienes ocupan un cargo de elección no pueden participar como candidatos en 2027. No me entristece que se pueda ver limitada mi aspiración, lo que me duele es que se orquesten campañas para descalificar a alguien que ha entregado su vida al movimiento”.

Mientras la Primera Mandataria dice que en 2027 no se permitirá el nepotismo, Saúl Monreal afirma que buscará la gubernatura de Zacatecas incluso sin Morena y afirma “estar sereno” tras el exhorto de su hermano Ricardo.

Otra muestra de división, pero al mismo tiempo de honestidad, es el que dio el director general del Fondo de Cultura Económica (FCE), Paco Ignacio Taibo II: exigió al senador y coordinador de Morena en la Cámara Alta, Adán Augusto López Hernández, responder públicamente sobre sus presuntos vínculos con el grupo criminal La Barredora en el estado de Tabasco.

Taibo II fue tajante: “Que dé respuestas, cómo no te enteraste de que tenías como jefe de seguridad a uno de los capos del narco. Y si no te enteraste, demuestra que no te enteraste. Explícate o renuncia”.

También está el caso de Eduardo Cervantes, exdirigente de Morena en la Ciudad de México, quien fue separado de su cargo luego de criticar a varios sectores del partido por incumplir con los principios del movimiento fundado por el expresidente Andrés Manuel López Obrador.

Esta acción refleja las crecientes disputas en la Cuarta Transformación que van generando más grietas rumbo a las elecciones de 2027 y de 2030, contiendas clave para la continuidad de Morena.

El pasado 24 de agosto, durante la conferencia de prensa “La Chilanguera”, Cervantes advirtió que dentro del partido hay perfiles que no acatan los fundamentos de austeridad y honestidad, afectando la imagen de la misma fuerza política.

También Eduardo Cervantes denunció que el enemigo de Morena está dentro del propio partido.

“En nuestro partido hay mucha gente que miente, que es corrupta y que no comparte los fundamentos del proyecto de transformación de México. Yo creo que el principal enemigo de Morena está dentro de Morena”, añade.

Asimismo, denunció que hay integrantes con la ideología del “viejo régimen” -aludiendo a priístas- que ponen en riesgo la rentabilidad electoral del partido, así como su estabilidad.

Otro caso también destacable es la de Gabriela Jiménez Godoy, vicecoordinadora de Morena en la Cámara de Diputados, quien contra viento y marea se mantiene en su cargo.

En un año, a Gabriela Jiménez han intentado quitarla cuatro veces como vicecoordinadora de Morena, la última, el martes pasado, en la plenaria de ese grupo parlamentario.

Esta vez con un ardid repetido desde el 30 de agosto: Dolores Padierna exigió removerla en las últimas reuniones privadas de los diputados guindas para ocupar su lugar, “a propuesta de la Presidenta Claudia Sheinbaum”.

La estrategia no prosperó y Gabriela sigue firme, pese al “fuego amigo”.

Los casos antes mencionados son señales que hablan de una ruptura interna dentro de Morena, “avivado” más por los propios morenistas que no acatan la instrucción presidencial de vivir en la justa medianía.

La principal división en el partido guinda podría estarse configurando entre el fundador del Morena, AMLO, y algunos sectores del gobierno de Claudia Sheinbaum. Un claro ejemplo es el combate al “huachicolazo” que deja atrás el célebre “abrazos y no balazos”.

La congruencia y el compromiso de la Primera Presidenta están saliendo a flote. No a la impunidad y la corrupción, no al nepotismo.

La honestidad de la Mandataria Sheinbaum Pardo se refleja en las nuevas políticas públicas en materia de seguridad, salud y educación. Enhorabuena.

NOTA RETOMADA DE LA REVISTA IMPACTO