- Bajo las siglas de Morena, Huacho Díaz, a sus 50 años asumirá la misión que considera la más importante de su vida, la que soñó de niño en San Felipe, puerto de pescadores, donde nació, creció y gobernó.
Por: Yoisi Moguel Rosel.
Mérida, Yucatán, 30 de septiembre de 2024.- Al marcar el reloj el primer minuto del 1 de octubre, Joaquín Díaz Mena cumplirá su máximo sueño, gobernar su estado, tras la búsqueda, en tres ocasiones, de llegar a Palacio de gobierno.
Bajo las siglas de Morena, Huacho Díaz, a sus 50 años asumirá la misión que considera la más importante de su vida, la que soñó de niño en San Felipe, puerto de pescadores, donde nació, creció y gobernó.
Con una política humanista, de gran visión de desarrollo y justicia social, Joaquín Díaz pretende conducir al estado por el camino de la transformación, e inyectar el progreso en las comunidades más apartadas de Yucatán, garantizando salud, educación y empleo, para abrir las oportunidades a las futuras generaciones de alcanza como él sus sueños.
En su historia de vida Díaz Mena narra en diversas ocasiones todas las dificultades que enfrentó para concluir su educación profesional como Licenciado en Administración de Empresas en el Instituto Tecnológico de Mérida, para lo cual se desempeñó como mesero y maestro comunitario, labores que le permitieron conocer de cerca las necesidades de la gente, en especial de las comunidades.
Conoce las carencias que pasan los estudiantes, que tienen que salir de sus pueblos para llegar a las ciudades a estudiar alguna carrera, así como el deseo de superarse, pues en su caso tuvo que vivir en Tizimín para estudiar la preparatoria y posteriormente en Mérida para ir al ITM.
Huacho, hijo de pescador, aprendió de su padre el esfuerzo del trabajo diario, al ayudarlo en esta actividad de la cual obtenían el sustento familiar, así como también el interés por superarse, inculcando a él, a su hermana y hermano, su gusto por la música, la disciplina del deporte y al amor al campo.
En su trayecto para alcanzar su sueño, tras concluir su carrera de Administración de Empresas ocupó la gerencia de un hotel en Quintana Roo, pero el llamado en la política era intenso, y su deseo de participar en la actividad partidista lo llevó a ser parte del PRI, donde intentó ser candidato a la alcaldía de su municipio sin lograrlo.
En el 2001 gana la elección como alcalde de San Felipe compitiendo por el PAN, teniendo como reto principal la restauración de su municipio tras el fuerte impacto sufrido por el huracán Isidoro.
Ante la forma de organización que asume para la recuperación de ese puerto, el presidente Vicente Fox visita el lugar y reconoce la labor de su autoridad, a quien le augura que llegara a ser diputado y un día gobernador de Yucatán, palabras que encienden aún más el deseo de seguir en su ruta trazada.
Así avanzó a diputado local, legislador federal, delegado del gobierno federal en la SEP y coordinador de Bienestar en Yucatán, entre otros cargos que van forjando su experiencia y conocimiento.
Por ello, Huacho destacó que su papel como gobernador va más allá de lo político, es una misión de vida, porque el destino así lo quiso, luego de dos accidentes en momentos significativos del proceso electoral: el primero al inicio de la campaña, que le impidió iniciar en tiempo y forma, por la intervención quirúrgicamente que tuvo en el brazo derecho, y el segundo al cierre de la etapa proselitista.
Su gobierno, sostiene, estará basado en el humanismo, centrado en el bienestar del pueblo, con la misión de combatir la pobreza, la discriminación y acabar con las desigualdades económicas, de acceso a la educación, de infraestructura y de desarrollo humano, presentes en el estado.
En su gobierno, plantea que el aspecto humano del desarrollo estará dirigido a la atención de las necesidades del pueblo como un acto de justicia social.
Por ello, afirmó, el Renacimiento Maya prevé un equilibrio entre el crecimiento económico que beneficie a las y los yucatecos, con preparación para que obtengan empleos con mejores salarios y logren mayor bienestar.
Joaquín Díaz Mena considera su llegada a Palacio de Gobierno una inspiración para niños y jóvenes, como un ejemplo para que no dejen de soñar, porque si el hijo de un pescador pudo ser gobernador, con preparación, estudio y esfuerzo todo se puede.