Indignación nacional por el centro de exterminio descubierto en el rancho Izaguirre * El hallazgo en Teuchitlán, Jalisco, pone en evidencia la complicidad u omisión de las autoridades de los tres niveles de gobierno * La Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo demanda que no se politice el caso y afirma que serán las investigaciones las que permitirán fincar responsabilidades * El reparto de culpas en todo su apogeo
Por: ALFREDO IBÁÑEZ
Ciudad de México.- El reciente descubrimiento de un centro de exterminio en el Rancho Izaguirre, ubicado en Teuchitlán, Jalisco, ha generado una profunda indignación y cuestionamientos sobre la aparente inacción de las autoridades municipales, estatales y federales respecto a su existencia.
Es que un hecho de esta naturaleza no puede pasar inadvertido, no puede ser creíble que “nadie sabía nada” y para muchos expertos las autoridades correspondientes se hicieron los occisos.
El hallazgo en Teuchitlán, presuntamente operado por el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) desde al menos 2018, fue identificado por colectivos de familiares de desaparecidos, quienes encontraron evidencias de hornos crematorios y restos humanos.
El presidente municipal de Teuchitlán desde 2021, José Asunción Murguía Santiago, declaró no tener conocimiento de las actividades ilícitas en el rancho y solicitó que la investigación “empiece desde arriba”… y desde aquí empieza el deslinde y el reparto de culpas.
Murguía afirma: “No tenía información si estaba, mucha gente dice que mucho más atrás ya estaba funcionando, pero la verdad no tenemos conocimiento, así como la fecha o el dato de qué tiempo tenga”.
Por su parte Alejandro Gertz Manero, titular de la Fiscalía General de la República (FGR), calificó de “increíble” que las autoridades locales desconocieran la existencia de este sitio y anunció una investigación para evaluar la actuación de las autoridades locales y estatales.
Gertz Manero señala que situaciones de esta naturaleza no pueden existir sin que las autoridades locales estén enteradas.
Pero hay otro suceso que despierta suspicacias: En septiembre de 2024, la Guardia Nacional realizó un cateo en el rancho Izaguirre, durante el cual se detuvo a diez personas y se rescató a dos secuestrados; sin embargo, no se descubrió la magnitud de las actividades criminales que allí se llevaban a cabo. ¿Será posible esto?
El gobernador de Jalisco, Pablo Lemus, confirma que la FGR atraerá la investigación del caso y enfatiza la disposición de su administración para colaborar en el esclarecimiento de los hechos, afirmando que “en Jalisco nadie se lava las manos”.
Este caso ha puesto en evidencia posibles omisiones y la falta de coordinación entre las distintas instancias gubernamentales, algo que siempre ha recalcado Omar García Harfuch, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), coordinación y trabajo conjuntos para dar resultados.
Pues la falta de coordinación permitió la operación prolongada de este centro de exterminio sin ser detectado o intervenido adecuadamente.
La situación resalta la necesidad de una investigación exhaustiva y transparente para deslindar responsabilidades y garantizar que hechos similares no se repitan en el futuro.
REPARTO DE CULPAS
Repito, es innegable que el hallazgo de un campo de exterminio en Teuchitlán, Jalisco, puso en evidencia la complicidad u omisión de las autoridades de los tres niveles de gobierno.
Un hecho de esa magnitud deja huellas, sobre todo que no fue de la noche a la mañana, reclutaron y asesinaron a las víctimas durante varios años.
Inexplicablemente el gobierno municipal nunca supo nada, lo mismo pretende hacer creer el gobierno estatal, en manos en ese tiempo del exgobernador de Movimiento Ciudadano, Enrique Alfaro.
El gobierno federal también se lava las manos y sólo atina a decir que va a investigar hasta las últimas consecuencias y una vez con las conclusiones entonces se deslindará responsabilidades.
Pero qué acaso la Fiscalía General de la República (FGR) no tiene un delegado en esa entidad. Se supone tiene información sensible de lo que en ella sucede. Un acontecimiento de esa magnitud no se puede ocultar.
Dentro de sus facultades y obligaciones está investigar y perseguir delitos del orden federal, como es el caso del narcotráfico, la delincuencia organizada.
Debe tener al tanto a sus superiores, en fin, guardó silencio, posiblemente por temor o por así convenir a sus intereses.
Jalisco, como es sabido, es altamente atractivo para el crimen organizado, ahí se ejecutan delitos como el narcotráfico, robo de combustible, lavado de dinero, así como la desaparición de personas.
Si bien el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) domina en ese estado, también conviven grupos criminales como el cártel Nueva Plaza, Los Herederos, Los Cuinis, Grupo Delta, entre otros.
Es decir, hay una gran presencia y actividad de los grupos delictivos como para que ninguno de los tres niveles de gobierno haya estado alerta, iniciado algunas investigaciones. Es sorprendente la omisión en la que por años incurrieron.
La negligencia de las tres instancias de gobierno es evidente, cerraron los ojos, no se dieron por enteradas.
Se sumaron al engaño de que la política de abrazos y no balazos era la correcta para combatir el crimen organizado.
Entraron al juego de hacer creer que el país estaba en paz, en armonía, aunque las ejecuciones, el número de desaparecidos creció de manera alarmante y, lo más grave, se consolidaron a las organizaciones criminales.
Todo un fiasco la política de abrazos no balazos, instrumentada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador.
A los criminales se les permitió todo, no hubo castigo, en tanto ellos, fieles a su sanguinario comportamiento enlutaron miles de hogares.
Fue gracias a la labor de las madres buscadoras que se conoció el exterminio de por lo menos 400 personas, muchas de ellas reportadas como desaparecidas.
Ahora, ante el alud de críticas hacia el gobierno federal, se reparten culpas.
Ante ese escenario de asesinatos masivos, la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo de inmediato salió a demandar que no se politice el caso, al tiempo que agregó que serán las investigaciones las que permitirán fincar responsabilidades.
En su tradicional conferencia Mañanera del Pueblo, expuso que es “terrible” lo ocurrido y centró su cuestionamiento en el actuar de la Fiscalía General de Justicia estatal.
Se preguntó por qué no se resguardó el lugar y de inmediato se pronunció por llevar a cabo una investigación de lo acontecido.
ESTADOS UNIDOS, CADA VEZ MÁS CERCA DE INTERVENIR EN MÉXICO CONTRA LAS ORGANIZACIONES CRIMINALES
Por encima de las investigaciones que realiza el gobierno de México, está la presión del mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, quien insiste en abatir a las organizaciones criminales que operan en el país.
De continuar en ese camino diversos políticos tendrán que ser llevados ante la justicia, la omisión en la que incurrieron debe ser castigada.
El exterminio de por lo menos 400 personas simplemente es imperdonable.
Hoy podemos advertir que -de no ser por la intervención del mandatario estadounidense- la presencia y operación del narcotráfico en México continuaría como en el sexenio anterior, en total impunidad.
Durante seis años se maquilló la realidad, se privilegió la política, ganar elecciones, repartir dinero a los grupos más vulnerables para tener estabilidad social y dar la sensación de que en México si algo imperaba era la paz y el bienestar económico.
Nada más alejado de la realidad. El hallazgo del campo de exterminio en Jalisco y el descubrimiento de otros más, así como los cientos de personas desaparecidas, nos regresa a la cruel realidad: El crimen organizado tiene gran presencia en el país.
Recientemente el embajador de Estados Unidos en México, Ronald Johnson, señaló que Washington estaría considerando la presencia de militares contra los cárteles mexicanos.
Tal parece que no le quedará más remedio al gobierno de México que llegado el momento declarar que la intervención de Estados Unidos es a petición de México. Algo así como el tema de los drones.
El panorama no es halagador para la Presidenta Sheinbaum Pardo, quien pese a todo lo anterior goza de muy buena imagen entre millones de mexicanos.
Nota retomada de la REVISTA IMPACTO