-Más empleos en 100 días que cualquier otro presidente”, ha asegurado el demócrata.
Joe Biden, presidente de Estados Unidos, ha ofrecido este miércoles su primer discurso como jefe de Estado a la Cámara de Representantes y al Senado. El mandatario ha hablado sobre el gran avance en la campaña de vacunación contra la covid-19 en la que ya han administrado más de 200 millones de dosis. “La economía ha creado más de 1,3 millones de nuevos empleos en 100 días.
Más empleos en 100 días que cualquier otro presidente”, ha asegurado el demócrata.
También habló sobre la brecha salarial: “Necesitamos garantizar una mayor equidad y oportunidades para las mujeres… Ha pasado demasiado tiempo”, aseguró. El mandatario condenó al supremacismo blanco al designarlo como “terrorismo”.
El presidente Biden pasa a hablar del juicio contra el policía que asesinó al afroamericano George Floyd en Minneapolis, que fue declarado culpable la semana pasada.
“Debemos unirnos y sanar el alma de esta nación”, dice antes de recordar su conversación con la hija del hombre asesinado en el que le dijo que su papá había cambiado el mundo. “Tras el veredicto del asesino de George Floyd, podemos ver qué acertada estaba, siempre y cuando tengamos el valor de actuar”.
“Todos hemos visto la rodilla de la injusticia sobre el cuello de los Estados Unidos negros”, dice en referencia a la manera en la que murió Floyd asfixiado por la pierna del policía Derek Chauvin.
“El supremacismo blanco es terrorismo. No podemos ignorar eso”.
Biden aborda el racismo sistemático que azota a Estados Unidos.
“Tenemos que trabajar juntos para reformar la policía”.
El mandatario le pide al Congreso que apruebe una reforma policial para el primer anivesario de la muerte de George Floyd, el afroameircano asesinaod por un policía blanco que sacó a medio país a la calle para clamar contra la brutalidad policial.
“La economía del derrame nunca funcionó, Es hora de hacer cercer la economía desde abajo hacia arriba”. Los congresistas republicanos no aplaudieron en esta. Bueno, en casi ninguna. Con lo de regresar las tropas militaraes a casa hubo un par de conservadores que hasta se pusieron de pie.
“Ningún presidente estadounidense puede permanecer en silencio ante las violaciones de derechos humanos”, dice Biden. “En relación a Rusia, le dejé claro al presidente Putin que aunque no buscamos una escalada de tensiones, sus acciones tienen consecuencias”.
Continúa hablando de Corea del Norte y Afganistán. Ninguna referencia por ahora a América Latina.
La promesa
“No aumentaré los impuestos a quienes ganan menos de 400.000 dólares al año”) es una muestra de qué es ser rico en Estados Unidos.
Biden prevé subidas de impuestos a las rentas más altas para financiar su plan de recuperación económica, el ‘Plan Estadounidense para las Familias’.
Ojo con el “plan familia”, otro proyecto ambicioso.
Contempla entregar 250 dólares mensuales por niño hasta 2025. También busca destinar 200.000 millones para financiar el jardín de infantes gratis para los pqueños de 3 y 4 años y otros 225.000 millones para subsidiar el cuidado infantil. El dinero llegaría a la familias a través de exenciones impositivas.
Una frase que preocupa a los conservadores por cómo se financiaría: “La atención médica debería ser un derecho, no un privilegio en Estados Unidos”.
La frase para poner paños frios a los escépticos: “No impondré ningún aumento de impuestos a las personas que ganen menos de 400.000 dólares. Pero es hora de que las empresas estadounidenses y el 1% más rico de los estadounidenses paguen su parte justa. Solo su parte justa”.
El argumento para aumentar el salario mínimo, donde tiene oposición de los republicanos, pero también de algunos demócratas: “Nadie que trabaje 40 horas a la semana debería vivir por debajo del umbral de pobreza”. Y una línea para la equidad salarial: “Necesitamos garantizar una mayor equidad y oportunidades para las mujeres… Ha pasado demasiado tiempo”.
Biden dedica su discurso ahora a una de las batallas que siempre ha defendido: el acceso a un seguro de salud asequible.
“El Affordable Care Act ha sido un salvavidas para millones de estadounidenses, ha protegido a gente con enfermedades crónicas, ha protegido la salud de las mujeres.
Y la pandemia nos ha demostrado lo necesario que es”, ha dicho antes de promover que se bajen los costos deducibles para las familias trabajadoras y el precio de los medicamentos. “Todos sabemos lo escandalosamente caros que son”, ha añadido.
La periodista de la NBC Katie Hunt repara en que al menos dos veces ha sido la primera dama, Jill Biden, quien ha iniciado sola los aplausos.
Estos discursos son agotadores para los congresistas del partido del mandatario. Deben ponerse de pie y aplaudir durante lo que duren. Una y otra vez. Con menos de un minuto de distancia. Y hay muchos legisladores bastante mayores. La presidenta del Congreso, Nancy Pelosi, tiene, por ejemplo, 81 años.
Biden convierte el tema de la educación en una cuestión personal al mencionar a su esposa Jill, maestra en una universidad comunitaria. “Ella siempre ha dicho que un país que educa mejor que nosotros nos va a superar. Y ella está liderando ese esfuerzo”, dice en unas palabras que generan una ovación a la primera dama.
Biden pide la aprobación de varios proyectos de ley que requieren de apoyo bipartidista en el Senado y que lo tienen difícil: el del fortalicimiento de los sindicatos, el aumento del salario mínimo a 15 dólares (esta propuesta no tiene tampoco el apoyo completo de los demócratas), la extensión de la verificación de antecedentes para la compra de armas, entre otras.
También lanza un guiño al ala izquierdista del Partido Demócrata. “El Plan de Trabajo de Estados Unidos es un proyecto de obreros para construir Estados Unidos… reconoce algo que siempre he dicho: Wall Street no construyó este país. La clase media construyó este país. Y los sindicatos construyen la clase media”. Suena a una frase de Bernie Sanders o Elizabeth Warren.
La mayor ovación de la noche hasta ahora se la ha llevado la promesa de Joe Biden de reducir la pobreza infantil a la mitad.
“Productos de Estados Unidos, fabricados en Estados Unidos, para crear empleos en Estados Unidos”. Esta es la frase con la que el mandatario quiere conquistar el respaldo de los republicanos.
Y sigue promoviendo la creación de puestos de trabajo y el consumo estadounidense. Dice, por ejemplo, que los estadounidenses deben liderar la producción de vehículos eléctricos y que no hay ningún motivo por el que las turbinas eléctricas no se puedan fabricar en Pittsburgh en lugar de Pekín.
El presidente trata así de espantar los fantasmas de quienes advertían de que su apuesta por las energías limpias va a perjudicar a los millones de empleos que genera el sector petrolero del país.
Esta frase probablemente le moleste a Donald Trump. “La economía ha creado más de 1,3 millones de nuevos empleos en 100 días. Más empleos en 100 días que cualquier otro presidente”.
“Compra en Estados Unidos. Compra en Estados Unidos”, repite el mandatario, que recuerda que el país está compitiendo con China y otros paises “por ganar el siglo XXI”. La apuesta de la Administración es la inversión en la infraestuctura. El demócrata busca el apoyo de los republicanos para su plan. “Simplemente no hay razón para que las aspas de las turbinas eólicas no se puedan construir en Pittsburgh en lugar de Beijing…”.
Biden incide en la necesidad de generar empleos en Estados Unidos. “2 millones de mujeres se han salido del mercado laboral en esta pandemia, a menudo porque no podían hacerse cargo de su familia, de sus niños”, dice Biden al reconocer el mayor impacto económico que ha tenido la pandemia para las mujeres.
Por supuesto, destaca el proceso de vacunación. Recuerda que prometió Después 100 millones de inyecciones de la vacuna contra el coronavirus en sus 100 primeros días en la Casa Blanca, y que ya han puesto más de 220 millones. Más de la mitad de la población adulta de EE UU se ha vacunado. Todos los mayores de 16 años son elegibles.
“Hoy en día, el 90% de los estadounidenses viven a menos de 3 kilómtros de un centro de vacunación”.(Con información elpais.com)