- El caso de Iñigo Arenas Saiz dejó al descubierto los acuerdos que taxistas tienen con bares de la Ciudad de México para cometer robos y secuestros.
Ciudad de México, 15 de agosto. -El caso del empresario Iñigo Arenas Saiz dejó expuesta la relación que existe entre bares y taxistas de la Ciudad de México para cometer robos y secuestros.
En los últimos días han incrementado las denuncias de robos, principalmente, a la salida de antros y bares de la Ciudad de México. Los clientes han acusado que dentro de estos establecimientos les han puesto algo en las bebidas para drogarlos y al abordar los taxis los roban e incluso son víctimas de secuestro exprés.
En la audiencia inicial por la muerte del empresario Iñigo Arenas Saiz, al interior del bar Black Royce, la Fiscalía del Estado de México señaló que el gerente reveló que pagaba 300 pesos a taxistas de la Ciudad de México por llevarle clientes.
El empresario salió la madrugada del 6 de agosto del bar República, ubicado en Polanco, y de ahí un taxista lo llevó al Black Royce, donde según las investigaciones las empleadas le suministraron una sustancia psicoactiva que derivó en su muerte.
¿Qué son los “tarjeteros” y cómo operan?
TELEDIARIO entrevistó a víctimas y familiares de afectados por este tipo de taxistas, conocidos como “tarjeteros”, que esperan afuera de bares a personas ebrias para ofrecer sus servicios.
En junio de 2019, Mario fue con unos amigos al bar República, de donde salió alrededor de las dos de la mañana. Intentó pedir un taxi por aplicación, pero no pudo porque le quedaba poca batería. Fue entonces cuando un hombre se le acercó para ofrecerle “un taxi ejecutivo”.
“Era una persona que estaba afuera del lugar, que se notaba que lo conocían en el lugar porque estaba literalmente afuera, casi al lado del cadenero. El que cuida la puerta sabe qué es lo que pasa afuera y el coche lo tenían parado al lado como si fuera un sitio de taxis”.
Mario se subió al auto y unas calles adelante el chofer pidió permiso para detenerse en una tienda. En seguida, dos hombres armados subieron al vehículo y lo amedrentaron y golpearon. Lo retuvieron por cerca de tres horas, le quitaron sus tarjetas bancarias y le exigieron revelar su NIP.
“El chófer se comunicaba con claves como de policía diciendo X2 (persona), ya voy en K5 (a toda velocidad), cosas como de policía, cosas que ves en películas, que sé que son claves de la policía. Entonces podría asumir que igual y alguno de ellos había trabajado en la policía. Me quitaron el anillo, me quitaron mis cadenas, me quitaron el reloj, cinturón, todo. Me dejaron con los calzones y un calcetín”.
Otro caso lo cuenta Ana, cuyo hermano, de 50 años, fue a un bar en avenida Cuitláhuac, en la alcaldía Azcapotzalco. Al salir pidió taxi para ir a su casa, en la colonia Maravillas del municipio de Nezahualcóyotl.
“El taxista le hizo la plática y le dijo que como trabajaba de noche, el taxi era su lugar de esparcimiento, y le mostró que traía un trago preparado, una especie de cuba en un vaso de unicel, y pues en buena onda le ofreció un trago. Mi hermano lo rechazó varias veces, pero este señor se hizo el ofendido”.
“Entonces mi hermano bajó la guardia y le aceptó el trago. Dijo que después de tomarlo, a los cinco minutos perdió la conciencia. Cuando abrió los ojos, estaba en la Cruz Roja de Aragón y un doctor le dijo que lo habían encontrado tirado sobre avenida Central”.
Michelle contó que hace un año su papá salió con dos amigos a un bar cerca del Metro Revolución, en la alcaldía Cuauhtémoc, donde conocieron a dos chicas con las que se fueron a un departamento. Ya en el lugar, ellas les invitaron unos chocolates y después de comerlos perdieron el conocimiento.
“Ya de ahí fue lo último que recordaron, porque perdieron el reconocimiento. Aproximadamente eran las 2 de la mañana y despertaron hasta las 2 de la tarde”.
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“Tarjeteros” no existen, son de lugares clandestinos: AMBADIC
Los llamados “tarjeteros”, personas encargadas de captar clientes para invitarlos a seguir la fiesta en otro negocio, operan en lugares clandestinos o giros negros, afirmó Helking Aguilar Cárdenas, presidente de la Asociación Mexicana de Bares, Discotecas y Centros Nocturnos (Ambadic).
El presidente del organismo, al que está afiliado el bar República, negó que en este lugar y otros centros nocturnos de su asociación operen ese tipo de taxis. También rechazó que estén permitiendo o facilitando dicha actividad que atenta:
“Para la industria nocturna, para los bares y discotecas los “tarjeteros” no existen”, dijo.
“Esto de los “tarjeteros” y la gente que anda en la calle repartiendo, jalando gente, es mucho más (…) de los lugares clandestinos, de los lugares underground y de los table dance. No es una metodología de los bares, de las discotecas tener tarjeteros en las calles”.
Aguilar Cárdenas mencionó que derivado de los hechos registrados en el bar República, pedirán a sus agremiados reforzar el acompañamiento a los clientes que dejen sus establecimientos.
“Le estamos pidiendo a todas nuestras compañías de seguridad, que a cualquier persona en estado inconveniente, ponerlo en un taxi seguro. Si aun así no lo quiere hacer, tenemos la instrucción, ahora, de tratar de seguir lo más posible al taxi o auto que vaya a tomar, anotar color, marca, modelo, placas del coche al que se subió y tratar de darle un seguimiento por si algo pasara; (para) poder darle esa información a la autoridad y poder deslindarnos nosotros de la responsabilidad”, comentó.
Los acuerdos entre los bares y los taxistas: una comisión casi mortal para Iñigo
En el proceso penal por la muerte del empresario Iñigo Arenas Saiz, el gerente del bar Black Royce se convirtió en testigo colaborador y reveló un acuerdo con taxistas capitalinos.
Según el agente del Ministerio Público, el gerente identificado como Ricardo ‘N’ dijo que pagaba a los taxistas de la Ciudad de México 300 pesos por persona que llevaran al lugar, pero si el cliente se quedaba toda la noche podían obtener el 30 por ciento de la cuenta total.
En la audiencia inicial para definir la situación legal de seis empleados del bar que se encuentran detenidos, el MP explicó que Ricardo “N” acordó un criterio de oportunidad con la Fiscalía del Estado de México, a cambio de obtener beneficios penales.
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Bajo esa condición, el gerente explicó que cada taxista sube a posibles clientes a su unidad, los traslada de la Ciudad de México al bar Black Royce, en Naucalpan, y entran con ellos al establecimiento. El taxista se mantiene atento en otra mesa y si el cliente, después de un rato decide irse, el propio taxista lo lleva a su casa, pero si sube al área VIP gana el 30 por ciento de la cuenta total.
En el proceso judicial también ya declaró el taxista que trasladó a Iñigo Arenas Saiz al Black Royce.
Su nombre se mantiene reservado, pero dijo que entró con el empresario al bar, se tomó una copa en otra mesa y al ver que Iñigo subió al área VIP decidió retirarse.
El gerente también reveló que las trabajadoras del lugar drogaban a los clientes para bajarles la borrachera y que siguieran consumiendo bebidas alcohólicas y así la cuenta fuera más elevada.
La audiencia se continuará este martes, donde se definirá si las seis personas detenidas son vinculadas a proceso.
(Con información de Telediario)