- Antes de ser ajusticiado, uno de los tres hermanos policías desaparecidos la semana pasada, reveló crímenes de alto impacto en Ciudad Obregón en contra de sus propios comandantes.
Por Guillermos Frescas
SONORA, 13 DE JULIO.- Tres policías municipales que fueron secuestrados hace unos días de una fiesta familiar en Pueblo Yaqui, una comunidad del municipio de Cajeme, Sonora, fueron localizados sin vida el sábado 8 de julio y fueron identificados por sus parientes.
Los tres elementos eran hermanos entre sí y sus restos son velados este domingo en la localidad donde fueron privados de la libertad.
De acuerdo a la Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJE) de Sonora, el hallazgo de los cuerpos sin vida de los municipales se realizó en el margen de un predio baldío de las calles Rubí entre Cuarzo y Coral, de la colonia Valle Verde de Ciudad Obregón.
Personal del Servicio Médico Forense (Semefo) atendió el llamado para acudió a realizar el levantamiento de los cuerpos, los indicios, las evidencias y demás medios de prueba que se integrarán a la carpeta de investigación correspondiente.
Los familiares de las víctimas confirmaron que se trata de José de Jesús “N.”, Carlos Armando “N.” y Marco Antonio “N.”, todos ellos en su momento pertenecientes a la Policía Municipal de Cajeme.
De acuerdo a la fiscalía, la hipótesis siempre fue una agresión directa en contra de ellos y con la línea de investigación dirigida hacia uno de los grupos delincuenciales que opera en esa región de Sonora.
Al ser una investigación en curso la oficialía omitió dar mayores datos para guardar la secrecía del caso y las averiguaciones continúan vigentes.
La privación de la libertad de los hermanos se llevó a cabo mientras se encontraban en un convivio durante su día de descanso. Según testigos, un grupo de hombres armados se los llevó en contra de su voluntad.
Desde que ocurrieron estos hechos, familiares y autoridades municipales solicitaron el apoyó de la población para dar con el paradero de los desaparecidos, sin que se presentaran avances hasta una semana después.
Este domingo, el Comité Ciudadano de Seguridad Pública informó a través de un comunicado que desde 2018 a la fecha, al menos 98 policías han sido asesinados en Sonora, contando a estos tres policías de Cajeme.
Con la muerte de Carlos Armando, José de Jesús y Marco Antonio, hermanos y elementos activos de la Policía Municipal de Cajeme, suman 98 policías asesinados en lo que va de 2023.
“No podemos callar ante los hechos violentos en contra de quienes procuran seguridad a los ciudadanos. Según el registro de policías asesinados de Causa en Común, del 2018 a la fecha, se registran, al menos, 98 policías asesinados Sonora”, indicó el Consejo a través de sus redes sociales.
El reporte apunta que en 2018 se regustraron 13 elementos ejecutados; en 2019 fueron 23; en 2020, se registraron 21; en 2021 fueron 12; en 2022 fueron 18 y en 2023 van 11.
“Pedimos a las autoridades emitir en forma pública y puntual el avance de las investigaciones de este lamentable hecho que nos indigna como sociedad y merma el espíritu de trabajo de los cuerpos de seguridad”, agrega el texto.
Asimismo, el posicionamiento solicita a las autoridades que se realicen acciones categóricas para la resolución de los asesinatos de policías que hasta la fecha de hoy siguen impunes y no han sido resueltos.
Cajeme es uno de los municipios con más índices delictivos en Estado, tan sólo Ciudad Obregón, su cabecera municipal, es la cuarta localidad mexicana con mayor percepción de inseguridad de parte de sus habitantes, ya que el 86.4% de los pobladores de 18 años y más declararon sentirse inseguros de acuerdo a la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del primer trimestre de 2023.
A nivel mundial, Cajeme ocupa la tercera ciudad con mayor número de homicidios dolosos por cada cien mil habitantes.
Policías revelaron crimenes
Antes de ser ajusticiado, uno de los tres hermanos policías desaparecidos la semana pasada, reveló crímenes de alto impacto en Ciudad Obregón en contra de sus propios comandantes.
Marco Antonio López Félix, alias El Llantero, oficial de la Policía Municipal de Cajeme confesó en un video que fue parte del comando que asesinó a Abel Murrieta Gutiérrez, ex procurador General de Justicia del Estado en Sonora.
“Soy Policía Municipal y trabajo para el Cártel de la Plaza… el Jefe es José Gil pariente del Cadete, que es el que quedó a cargo cuando cayó…”, dijo El Llantero, cuyo rostro aparece en un video con los ojos vendados.
El Oficial fue encontrado muerto el pasado viernes junto con dos de sus hermanos, también policías municipales de Cajeme, luego de permanecer secuestrados durante una semana. El y sus hermanos fueron privados de la libertad por un comando armado en una fiesta familiar.
Los cuerpos de los tres oficiales fueron encontrados al mediodía del sabado a la orilla de un predio baldío de las calles Rubí entre Cuarzo y Coral, de la colonia Valle Verde de Ciudad Obregón, según informó la Fiscalía General de Justicia del Estado.
En las instalaciones del Semefo, familiares de las víctimas los identificaron plenamente como José de Jesús, Carlos Armando y Marco Antonio López Félix, todos ellos en su momento pertenecientes a la Policía Municipal de Cajeme.
El secuestro y asesinato de los tres oficiales mantuvo indignada a la sociedad y a las familias que protestaban en Cajeme, para encontrar vivos a sus esposos, padres, hijos, amigos.
Un día después comenzó a circular un video, titulado de forma irónica: “Ahí están sus angelitos”.
Antes de ser asesinados, los oficiales de la Policía fueron interrogados por sus propios captores. Interrogaron frente a las cámaras a uno de ellos, apodado El Llantero, de nombre Marco Antonio.
El Llantero aparece en el video, con aspecto tenso, ojos vendados con una tela negra, camiseta tipo polo, roja, de la marca Adidas. No se le ven daños físicos visibles, aunque sí se nota una respiración con señal de estrés. Al parecer se encuentra atado de las manos, ya que no las muestra al hablar.
Detrás del oficial de policía hay una pared de ladrillo, sin enjarrar. El video fue tomado de noche, ya que se ve que hay lámparas encendidas para iluminar el rostro del Llantero, y revolotean palomillas nocturnas.
En medio de la confesión, El Llantero narra algunas cosas relacionadas con el narcotráfico, donde dice que pertenece al cartel de la Plaza, de Cajeme, cuyo jefe es José Gil, pariente del Cadete.
El Llantero narra algunos asesinatos de alto impacto cometidos contra algunas personas conocidas de Cajeme. Con los ojos vendados narra el modus operandi de los policías y narcos para detectar y detener a sospechosos.
“Mencióname todas las ejecuciones en las que han participado”, le dice el interrogador.
“Hemos participado en las ejecuciones, por órdenes del Nando, del candidato Abel Murrieta…”.
Abel Murrieta fue Procurador de Justicia del Estado, Director de Seguridad Pública de Cajeme, abogado penalista. Cuando murió era candidato de Movimiento Ciudadano a la presidencia municipal de Cajeme, en alianza con su gran amigo Ricardo Bours Castelo.
“También (participamos) en la ejecución del Comandante Jesús Navarro… El Carlos mi hermano, y el sicópata lo siguieron de la comandancia hasta el Isssteson, ahí se le empareja una Tacoma abren fuego en contra del Comandante y un Áltima blanco…”.
“¿En qué otras ejecuciones han participado?”
“Al Comandante Moroyoqui lo mataron por no aceptar sobornos…
Al comandante Valdez Picos lo mataron por que traía un programa de combatir a varias tiendas (De drogas) y eso no le conveía al Nando,… Ana Gloria, de Hermosillo, le entrega las ubicaciones de las tiendas… para que supiera el programa que traía El Picos y esto le molestó al Nando…”