Seguridad, movilidad y agua, las principales * El presidente electo de Naucalpan estará vigilando porque la transición de gobierno sea transparente
POR: ERIC GARCÍA V.
Naucalpan, Estado de México.- Ni bien toma posesión como alcalde de Naucalpan, pero ya Isaac Montoya trabaja para ir delineando su plan de gobierno para el periodo 2025-2028.
“Claramente ya lo hemos publicado y anunciado, vamos a trabajar muy de la mano en el tema de seguridad que es lo que más urge a Naucalpan, el tema de movilidad, y el tema emergente del agua, que es lo que está lastimando mucho a gran parte de las comunidades de Naucalpan”, expresa el presidente municipal electo.
En este momento, asegura que estarán velando porque la transición de gobierno sea transparente.
“La principal prioridad es garantizar una transición que dé a nuestros habitantes que se mantengan íntegros los recursos públicos, que haya transparencia (…) dejando fija nuestra postura de que no vamos a permitir ningún tipo de saqueo de ningún bien público, que quieran abusar ya que se van los prianistas que hoy gobiernan, ahí estaremos muy atentos que sea una transición que ante todo cuide la integridad de la hacienda pública municipal”, añade Montoya.
Refirió que la relación con el gobierno estatal será de respaldo mutuo.
ACELERAR PROCESO DE TRANSICIÓN
Ante la derrota de la alcaldesa Angélica Moya Marín, hay desbandada de titulares de dependencias y unidades administrativas que deciden bajarse del barco y dejar que alguien más cierre la administración.
Ante esta situación, el presidente electo invitó al diálogo a la actual alcaldesa para acelerar este proceso.
Señaló que esta invitación al diálogo para iniciar la transición de gobierno, es con el fin de que la nueva administración empiece con las mejores condiciones para brindar los trámites y servicios que las y los naucalpenses requieren.
Desde la LXI Legislatura, el diputado con licencia, Isaac Montoya, junto con su compañero de bancada Max Correa, presentó una iniciativa que pretendía justamente acortar el tiempo que pasa entre las elecciones y la toma de posesión, la cual es muy larga, y en este periodo los servicios públicos suelen volverse aún más deficientes, como lo señalan los mismos habitantes.
Dado el tiempo de espera, seis meses, la ciudadanía está inquieta y preocupada, ante un gobierno que solo se está preparando para irse y esperando que no haya un desfalco de las arcas públicas, ante el coloquial año de Hidalgo.
Con información de la Revista IMPACTO