Arturo Soto Munguia / El Zancudo
Suele citarse, no sin razón, que en Sonora estamos muy lejos de alcanzar un aceptable nivel de cultura democrática a la hora del debate político.
 
Pero no hace falta mucha ‘tatema’ para darse cuenta de que lo visto ayer en el debate de candidatos a gobernador evidenció que si bien no hay manera de demostrar (las encuestas no son instrumentos creíbles) que Alfonso Durazo ya perdió la ventaja sobre Ernesto Gándara, por lo menos se comportó como si así fuera.
 
El propio Alfonso Durazo lo adelantó inocente, o quizás inconscientemente antes de iniciar el evento, cuando sostuvo en entrevista que ‘al árbol con más frutos es al que se le tiran más pedradas’, una parábola con la que ilustró lo que venía: el apedreo a seis manos por parte de Carlos Zatarain, Cuauhtémoc Galindo y el propio Durazo contra Ernesto Gándara
 
No falla: en este tipo de ejercicios se ataca al que va en primer lugar. No tiene caso desgastarse en los que van más rezagados.
 
Y eso aplica para el primer debate en el que Durazo fue el más atacado, incluso por la candidata de Fuerza Social por México, que lo dejó mudo con aquella lapidaria frase sobre los 45 días que tendríamos que permanecer callados si dedicáramos un minuto de silencio por cada asesinato durante su gestión como secretario de Seguridad.
 
Es decir, todavía en el primer debate y siguiendo esa lógica de atacar a quien va arriba, ese era Durazo. Pero no tuvo un buen desempeño, se vio nervioso, titubeante, apoyado en la lectura de tarjetas. Tan es así que decidió no exponerse más y rehuyó otros debates que no fueran organizados por el IEE.
 
 
 
 
 
Es claro que los acontecimientos tanto en el plano nacional le pegaron a la marca (caso Guerrero, escándalos sexuales, Línea 12) y en el plano estatal también -su negativa a asistir a otros debates y la reciente suma de Ricardo Bours a la campaña de Gándara mellaron esa ventaja-, y ahora él mismo tuvo que pasar a la ofensiva para intentar recuperar puntos.
 
Todos lo vimos.
 
Todos vimos además, el ataque orquestado, utilizando al Bebo Zatarain como francotirador con el escabroso tema de la Guardería ABC, zopiloteando sobre los cadáveres de los niños, y a Alfonso Durazo escudándose en ese tema para evadir responder a cuestionamientos muy concretos sobre su labor como servidor público en el área de seguridad.
 
Hay dos asuntos que no requieren encuestas ni otra clase de ejercicios demoscópicos para volverlos evidentes: no se ataca a quien va rezagado sino al que va arriba; y si el ataque es en pandilla, eso redimensiona la gravedad del caso.
 
El Bebo atacando por el flanco de la Guardería, el Temo atacando por el flanco de la alianza Gándara-Bours y Alfonso atacando con temas pretendidamente más documentados, porque incluso entre las pandillas hay niveles y el señor finalmente es el jefe de los otros dos.
 
Por cierto, Morena difundió con profusión una encuesta de Demotecnia, ayer, en la que Durazo aparece con el 57 por ciento de la intención del voto, contra un 32 de El Borrego.
 
Un buen intento de autoconvencimiento que, sin embargo, no refleja la realidad de un partido que salió ayer mismo, tras conocerse la declinación de Ricardo Bours, a solicitar el voto de la militancia de Movimiento Ciudadano.
 
Alguien que va ganando dos a uno, no tiene que andar haciendo esos papelitos.
 
Un dato más: en esa misma encuesta, Timo y Bobo, como ya se les conoce a los otros dos candidatos, no llegan ni al uno por ciento (¡Ni al uno por ciento!) de las preferencias electorales entre los dos.
 
Es decir, no están allí para declinar a favor de Durazo porque realmente no tienen absolutamente nada que aportar en términos de votos. Están allí porque fueron reasignados del equipo de campaña del de Bavispe, en el que estaban trabajando como promotores del voto, a candidatos de dos partidos que van a perder el registro en esta elección.
 
Como fuerza política son un cero a la izquierda, pero como matones a sueldo lo hicieron medianamente bien, aunque demasiado obvios y rudimentarios, lo que no pasó desapercibido para el público, cuya reacción está por verse.
 
Mención aparte merece la candidata de Fuerza Social por México que volvió a lucir impecable en su imagen y tuvo participaciones muy puntuales, destacando su perspectiva de género en el abordaje de los temas relativos a las políticas públicas. Hizo valer su condición de mujer y su bagaje académico cultural. Creo que Rosario Robles Robles puede considerarse la revelación de esta campaña y merece mejor suerte que haber sido postulada por un partido que también puede perder el registro en esta elección.
 
El gran perdedor, además de Timo y Bobo por su lacayuna participación, fue el Instituto Estatal Electoral que volvió a fallar con la transmisión del evento. Es increíble que a estas alturas del acceso a la tecnología no les alcance para una transmisión medianamente aceptable.
 
Los moderadores, Gaby Medina y Marco Antonio Morales, muy bien, muy profesionales, ágiles y sin esos dejos de protagonismo que suelen ganarles a algunos que hasta en los funerales quieren ser más importantes que el muerto.
 
Como suele suceder también, cada participante salió a proclamarse vencedor (a) del debate, pero eso es algo que cada ciudadano habrá de valorar por su propia cuenta. Lo que aquí plasmo es, en ese sentido, también una apreciación personal y desde luego, la analítica lectora, el perspicaz lector tendrá las suyas propias, que siempre serán las mejores.
 
Cerraría el tema como lo empecé, pensando que si Alfonso Durazo va como puntero, no lo demostró, y su complicidad con Timo y Bobo puede desatar los aplausos en su inner circle, pero quizás no resulte tan loable para el resto de la audiencia.
 
Insistiría en que el mejor escenario para Morena y su candidato es que Ricardo Bours hubiera seguido en la contienda como abanderado de MC, y el peor, que se hubiera sumado a Ernesto Gándara. Hoy la decisión final será entre dos y no entre tres, eso cambia notablemente las cosas.
 
Me atrevo a suponer que este acontecimiento de última hora fue lo que determinó el cambio de estrategia en el debate, incluyendo el ajuste de tuercas a Timo y Bobo para que dejaran las tibiezas y se lanzaran con todo contra Ernesto Gándara.
 
Estamos a 18 días de la jornada electoral y como dice el lugar común, esa será la única y verdadera encuesta que valga. Ahí se van a despejar dudas, así que hay que salir a la cita con las urnas y ejercer el voto informado y razonado.
 
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