- En la Convención Bancaria 2023, coincidieron en que la integración de la taxonomía se fomentará la inversión en actividades económicas para reducir las brechas sociales y proteger el medio ambiente, proporcionando definiciones adecuadas que pueden considerarse ambientalmente sostenibles.
Yoisi Moguel Rosel
Mérida, Yuctán., 16 de marzo.- Para los expertos de la banca, la Taxomanía es una herramienta de política pública financiera, que permitirá reducir las brechas sociales, proteger el medio ambiente; generar inversiones y financiamientos sostenibles, para reducir las brechas de desigualdad, como la pobreza.
En su ponencia, el subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio González; la representante de la Alianza Mexicana Alemana de Cambio Climático, Gabriela Niño; el titular de la Unidad Coordinadora de Asuntos Internacionales de la Semarnat, Iván Rico López y el presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM), Daniel Becker Feldman; consideraron urgente aplicar la Taxonomía Sostenible de México.
En la Convención Bancaria 2023, coincidieron en que la integración de la taxonomía se fomentará la inversión en actividades económicas para reducir las brechas sociales y proteger el medio ambiente, proporcionando definiciones adecuadas que pueden considerarse ambientalmente sostenibles.
En el tema de Cambio climático, Yorio González, sostuvo que es un mal global, donde cada uno de los países está afrontando retos muy importantes y más cuando se trata de brechas sociales.
Puntualizó que la inclusión financiera, la equidad de género, el hambre; son políticas (verde y sociales) que se conjugan muy bien cuando se trata de sostenibilidad, pero la mayor parte de los financiamientos de este país, están relacionados con la sostenibilidad.
En ese sentido consideró necesario que los recursos de la economía mexicana se direccionen a objetivos de sostenibilidad: que pueden ser verdes, sociales o conjugados, por ello es necesario alinear los objetivos.
“Si queremos atender los retos de cambio climático y al mismo tiempo los sociales, necesitamos movilizar recurso, no solamente públicos o privados, sino del sector financiero”, asentó.
Yorio González expuso: “Se pretende que, de manera positiva, proactiva y con incentivos; el sector financiero emplee estos criterios y los movilice cuando menos a un objetivo de sostenibilidad”.
La brecha de financiamiento, señaló, es grandísima, si unieran los balances de los bancos de desarrollo internacionales, como lo acompaña el Banco Mundial con otros bancos de desarrollo se juntarían como 500 billones de dólares, sin embargo, la brecha de financiamiento para atender solo el Cambio Climático es de cinco trillones de dólares.
“No hay forma de movilizar recursos solo moviendo balances bancarios o utilizando el presupuesto público de un país”, asentó.
Al hablar sobre el punto de estrategia nacional, el presidente de la ABM, Daniel Becker Feldman planteó que se requieren acciones dirigidas para lograr el financiamiento público sostenible.
Esta estrategia, subrayó, será en base cinco puntos que son: La gestión pública sostenible, agenda SG, la agenda 2030, hipoteca verde y la taxonomía.
“Hay que identificar cuáles son los activos verdes que se pretende generar en el mercado nacional, los activos sociales y los activos sostenibles; así como elaborar un tema de inclusión, sostenibilidad y sustitución de cadenas de suministros, ya que a partir de este año los bancos empezarán a revelar los portafolios y activos”, apuntó.
En su turno, la asesora de Financiamiento climático y representante de la Alianza Mexicana Alemana de Cambio Climático, detalló que esta estrategia está sustentada en seis elementos principales.
El primero, indicó, es la recopilación y análisis de las taxonomías existentes a nivel internacional, ya que se hizo toda una revisión del estado del arte, que estaba pasando a nivel global en este término, siendo la Unión Europea el principal referente de la construcción de ella, así como con otras recomendaciones emitidas por el Banco Mundial, que fueron la base para proponer la taxonomía más adecuada a México.
También, anotó, se hizo una revisión de referentes nacionales de la Banca Nacional de Desarrollo y la Banca Comercial que les ayudó a construir la base metodológica para la contribución al Producto Interno Bruto (PIB), que es otro elemento fundamental de esta taxonomía.
“Es una herramienta que se basa en el comportamiento del mercado y el impacto en mitigación de gases de efecto invernadero, que a su vez está alineado con nuestros compromisos con agendas internacionales”, detalló.
Refirió que otro elemento importante y fundamental de la construcción de las taxonomías es que tienen que estar basadas en ciencia, como se estable en el marco de la Convención de Naciones Unidas de Cambio Climático, la agenda 2030 los ODS y las convenciones de biodiversidad.
Consideró importante desarrollar métricas umbrales que den los parámetros de referencia de cómo clasificar un activo financiero, como verde sostenible o con enfoque de género y finalmente los temas transversales que son importantísimos, y un referente en la taxonomía de México y a nivel global.
México lleva un gran avance en este tema, ya que el sector ambiental federal, ha logrado un resultado histórico siendo la primera vez que se tiene una taxonomía con estas características y con esta dimensión socioambiental.
Explicó que esta taxonomía sostenible tiene mucha importancia para el sector ambiental y vertientes como el marco legal, que lo rige en la Ley General de Equilibrio Ecológico, para protección al ambiente.
Para lograr el equilibrio ecológico, advirtió, se tiene que regir por el principio de producir conservando y conservar produciendo, por ello, en el ámbito de las finanzas y de la inversión se pueda contar con una dimensión sostenible, siendo muy atractivo, benéfico y para el medio ambiente.
“En el sector ambiental existen conflictos socioambientales en cualquier lugar, sin embargo, la taxonomía por contribuye a fortalecer esa regulación ambiental”, afirmó.
